899.9K
Views
21
Chapters
Ratings
Los lobos corriendo en el bosque, las hojas siendo movidas por el viento y el paisaje más hermoso se veía desde el acantilado de los Muertos, un lugar considerado maldito por las personas cuerdas y un hogar para otras.
Era, ese lugar, donde se escondía nuestra pequeña niña de nombre Sara, llorando sola por no querer irse, no del lugar que tanto amaba, no del lugar que conocía como la palma de su mano a sus apenas ocho años, pero fue arrastrada a una pesadilla que la perseguiría aun siendo grande, consumida en la oscuridad.
Se despierta asustada y sudando frío, su pequeño departamento le demostraba que los monstruos ya no estaban y con eso en mente se calmó.
-Solo… es un mal sueño...-, dice intentando controlar su respiración, se levanta de su cama y toma una ducha para ir a ver a su amado Ron; arregla sus hermosos cabellos castaños y se viste con ropa ligera de verano, y sale. Sus ojos dorados reciben la luz de la tarde y se dirige al parque, donde está Lili, la hija del segundo hermano mayor de Ron.
-Sara!!-escucha esa voz de una pequeña niña de ocho años, que la hace recordar su yo del pasado-Sara…- dice al estar cerca-...Mira papa me regalo una patineta nueva.
-Que bueno-, dice y despeina los pelos plateados de la pequeña lobo, sonriendo.
-Sara tú sabes andar en ella?-, pregunta con curiosidad, a lo que ella solo asiente, y los ojitos verdes de la menor se iluminan,-Muéstrame, no lo creo.
Empieza haciendo trucos básicos y antes de empezar a soltarse un poco ve cómo los niños, especialmente Lili, la ve con fastidio decidiendo detenerse.
-Eso es solo un poco de lo que sé-, dice mientras se frena frente a la cachorra algo nerviosa.
Sin darse cuenta da un paso pisando la punta de la patineta, cayendo y cerrando los ojos esperando él impacto que nunca llegó.
-¿Estás bien?-, abre los ojos y sonríe a su amado sintiendo su brazo rodear su cintura.
-Si estoy bien Ron-se pone bien y le da un beso en la mejilla.
-Tio Ron ya tenemos que irnos?-, pregunta una desanimada niña.
-Si, mi hermano me dijo que te tiene un regalo así que es mejor que vayamos rápido-, la niña asiente con felicidad, y se dirigen a la carretera donde está él auto.
-Papa-, dice la pequeña al ver al copiloto de la limusina, Sara le saluda con la mano y se va con Ron a la parte trasera. Al entrar ve a sus compañeros y amigos de la infancia, todos con sus uniformes blancos de la secundaria Estela.
-Porque todos tienen el uniforme?-, pregunta curiosa.
-Vamos a hacer una fiesta porque pasamos de año- dice una de las chicas.-Algo me dice que cierta persona no te avisó-, ve molesta a Ron.
-Lo siento, se me olvido-, y ella solo ríe igual que sus amigos.
Llegando a la mansión de Ron, le recorre un escalofrío al ver las nubes tristes, apunto de llorar. Decide al bajar del auto quedarse atrás de todos y esconder su bolso detrás de una maceta de la entrada, su instinto le decía que tenía que huir pero decidió no obedecer.
Abrió la puerta y pasaron por ese pasillo amplio aun con plásticos por la antigua fiesta, que daba escalofríos a más de uno si eras nuevo, subieron al segundo piso llegando a la sala donde estaba el dueño de casa.
-Buenas tardes chicos-sonrió al ver los entrar.
-Buenas señor Nicolai- saludaron todos tomando asiento en los diferentes muebles, las sirvientas vienen y sirven el té.
Empezaron a hablar de cosas sin sentido mientras disfrutaban de los diferentes postres, todos tomaban el té menos Sara que fingía hacerlo ya que ni Ron ni su padre lo bebían.
-Voy al baño-, fue lo que dijo y salió , algo no le gustaba, había algo mal. Al volver se detuvo al oír las voces de la familia que habitaba esa casa.
-¿Estás seguro que alguno de ellos fue?-, la peli castaña supo que era la voz de su amado.
-Claro solo ellos son los que saben todo de esta casa-dijo él padre.
-Está en lo correcto, alguno de ellos debe de saber algo-, dice el primer hermano mayor, Selan.
-Tu novia tampoco se salva, enviaré a alguien a buscar…-
Antes de poder terminar vio a Sara parada en la puerta viendo a todos sus amigos dormidos, con pánico ve a Ron y empieza a correr sin importar que él la llamara.
Miró hacia atrás y vio que la seguían especialmente su amado, y ahí fue cuando le llegaron los recuerdos de su futuro, dándose cuenta que dejarse atrapar no era una opción.
En un mundo de Alfas, Betas y Omegas, lo único que le quedaba era correr, siendo seguida por su amado.
“Ya morí una vez, ya falle una vez y ya perdí todo una vez, asi que lo siento Ron”
Pienza mirando una vez más hacia atrás y se transformo en un lobo grande de pelaje blanco, sale por la puerta encontrándose a un montón de personas con traje negro apuntando le con armas, no le inmorto y salto hasta la planta baja, apesar de que le disparaban, solo le rosaban. Vio la puerta que la llevaría a ese pasillo, oyendo a su alfa gritar que se detuviera.
No lo pensó dos veces, al cruzar volvió a su forma común y se escondió detrás de la puerta que cuando fue abierta nuevamente mostró a un gran lobo de pelaje negro, que movía la cabeza para todos lados buscándola y al no encontrarla volvió a su forma humanoide.
-Sara no te puedes esconder-, dijo y empezó a caminar corriendo los pedazos de plásticos colgados, mientras él hacía eso otra persona aprovechaba y avanzaba sin que se diera cuenta, por una vez Sara estuvo contenta de su poder, hasta que él otro se detuvo y pego a la pared dejando unas grietas.
-Mierda, la van a matar-al escuchar eso ella quedó sorprendida, quiso acercarse y tocarle y decirle la verdad pero vino su hermano Michael.
-Así que fue ella, mi cuñadita nos traicionó-, habló con rabia dando a entender a Sara que hablar no serviría.
-Papá va a matarla, porque? porque ella?!!!-gritó dando otro golpe y dejándose caer, a lo que Sara aprovechó él ruido y cruzó el último plástico.
-Lo se hermano, duele, imagínate cómo se sintió nuestro hermanito al saber que fue asesinado por alguien en quién confiaba-, al escuchar eso se quedó quieta.
-Voy a vengarlo cueste lo que cueste-, fue lo último que escuchó antes de avanzar y dejar a los hermanos atrás.
Cruzó la puerta sin hacer ruido, agarró su bolso y sacó su celular que conectó a los parlantes de la casa, más específico del pasillo. Y empezó a hablar.
-Ron, no cometas un error somos tus amigos no tuvimos nada que ver, ninguno de nosotros sería capaz de traicionarte-, y empezó a caer la primera gota de lluvia-Los únicos capaces de entrar a una casa de alta seguridad sin ser detectados son los “Ten” y ninguno tiene el dinero necesario para contratarlos, así que liberarlos antes de que cometas una locura-en el pasillo solo estaban dos hermanos tratando de descifrar de dónde venía el sonido.-Lo siento Ron pero no pasaré por esto otra vez.
Fue lo último que dijo antes de subir al taxi.
-A donde señorita?-
-Vía 19, Netson-, un barrio peligroso donde vivía con su antigua familia.
-Segura? está muy lejos, puede ser caro-, dijo el chofer.
-No importa-, y diciendo esto empezó la marcha mientras ella veía por la ventana la lluvia caer “Ron,me torturaste a mi y a mis amigos por querer saber la verdad, yo solo solté la información para que dejaras a los demás, después de dos años me dijiste que estaban muertos porque sabían demasiado. Yo seguía encadenada porque no confiabas si lo que te dije fue verdad hasta que murió tu padre y los dos hermanos que tenias fueron envenenados después de dos años más. Quisiste venganza y me utilizaste para matar a toda la organización de Ten, me tuviste en tus brazos cuando pensé que aun me amabas por ser idiota, por cinco años fui tú muñeca y mate a la mayoría de mi ex grupo. Aun siento el beso tan frío que me diste cuando te dije que esperaba un hijo y él susurró en mi oído-Aun te falta número cinco-, obedecí tú orden y lo mate a pesar que ponía en riesgo a mi hijo, para que después nos mataras sin ningún remordimiento. Por eso cambiaré la historia y no volveré jamás”.
Llegó a la calle, un barrio tan pobre que se creía que podían caerse las casas.
-Lo siento señorita de aquí no avanzó más-, lo mira con desdén y paga bajando se y siguió el camino hasta su antiguo hogar.
La casa parecía que con la menor brisa se rompería pero al entrar todo estaba bien y era acogedora, subió a su habitación y se echó a dormir sabiendo ya más claro su objetivo.
”Adiós Ron”
Read Now
Favorite