Ayúdame

CAPITULO I

A veces tenerlo todo no siempre significa felicidad, porque cuando menos lo pensamos, simplemente se nos escapa de las manos.

Brendan Martín, vivió una situación similar a esta, por un momento lo tenía todo, pero entonces la felicidad le fue arrebatada de una forma espantosa y a cambio de ese suceso surgió un trauma que le costó su felicidad. Después de casi ocho años, ese jovencito creció al lado de su abuela, Victoria de Martín, viviendo su vida alejado del mundo, sin saber lo que pasaba a su alrededor.

El pasar de los años ayudo a que ese recuerdo se fuese olvidando, o al menos eso es lo que ellos creyeron, Brendan realizó sus estudios en casa, pero cuando tenía ya quince años, la abuela de Brendan pensó que ya era tiempo de que este conociera a más personas, por lo tanto Brendan dejaría de hacer sus estudios en casa y asistir al bachillerato.

El año escolar dio inicio y era hora de que Brendan asistiera a su primer día de clases, se fue con Nelson, el chofer al colegio. Cuando llegaron, todos los alumnos que estaban afuera, miraban a Brendan de una manera extraña, ya que no era muy común ver a alguien con chofer – Vengo por ti a las tres ¿De acuerdo? – dijo Nelson y Brendan asintió con su cabeza. Así, Brendan entro al colegio y comenzó a buscar el salón donde recibiría sus clases.

Cuando llego a la entrada del salón, una chica venia saliendo y no se percató que Brendan estaba enfrente y como ella traía unos libros en las manos, cuando choco con Brendan los libros cayeron al suelo – Disculpa, no me fije – dijo Tracy – No te preocupes – dijo Brendan y se agacho para levantar los libros – Toma – dijo Brendan dándole los libros a Tracy. Y así es como comenzó el primer día de clases para Brendan, las horas pasaban y en los recesos Brendan permanecía solo, se llegó la hora del almuerzo y ya estaban haciendo fila, Tracy y Jaime se encontraban delante de Brendan, se disponían a buscar asiento pero en eso a Tracy se le olvido comprar algo más y cuando se dio la vuelta, nuevamente choco con Brendan, lo cual provoco que la bandeja de este se volcara sobre su camisa – Hay por Dios, perdóname por favor – dijo Tracy y lo que Brendan hizo fue darse la vuelta, no decir nada e irse al baño para limpiarse – En su lugar, yo también habría hecho lo mismo – dijo Jaime y Tracy fue detrás de Brendan.

Estando dentro del baño, Brendan intento limpiar su camisa pero solo logro dejar una mancha en ella. Cuando termino, salió del baño y ahí estaba Tracy, afuera esperando a que saliera – Brendan, lo siento mucho, es que no me fije, perdóname – dijo Tracy – No te preocupes, fue un accidente – Dijo Brendan y siguió caminando – Al menos déjame comprarte el almuerzo – dijo Tracy – No te preocupes, no tengo hambre – dijo Brendan sonriendo un poco y siguió caminando, dejando a Tracy sola.

Tracy regreso nuevamente al comedor, junto con Jaime – Y bien ¿Te disculpaste con él? – Dijo Jaime – Si, hasta me ofrecí a comprarle el almuerzo y ¿Sabes lo que me dijo? que ya no tenía hambre y me dejo sola – dijo Tracy – Al menos te disculpaste – dijo Jaime – Pero ya se lo que haré – dijo Tracy con una mirada de misterio – ¿Qué harás? – Dijo Jaime – Mañana lo veras – dijo Tracy. Así pasaron las horas y el primer día de clases finalizo, Brendan llego a casa y de inmediato doña Victoria vio la camisa de Brendan que estaba sucia – Pero ¿Qué fue lo que te paso? – Dijo doña Victoria – Digamos que… lo normal que pasa en los colegios – dijo Brendan con una pequeña sonrisa en su rostro – Eso no es normal ¿Qué paso? – Dijo doña Victoria – Un pequeño accidente, sin querer volqué la comida en mi ropa, pero todo está bien – Dijo Brendan y le dio un abrazo a su abuela – Iré a mi habitación, tengo tareas – dijo Brendan, y así termino su primer día.

Al siguiente día Brendan llego al colegio, y en cuanto llego al salón, Tracy se acercó a él, y nuevamente le pidió disculpas – Tranquila, los accidentes pasan – dijo Brendan con una voz muy pacifica – Lo sé, pero, quisiera compensar lo de ayer ¿Te gustaría almorzar conmigo? – Dijo Tracy, Brendan no sabía que decir, hasta tartamudeo un poco cuando dio una respuesta – ¿Contigo? – Dijo Brendan – Bueno, con Jaime y conmigo – dijo Tracy sonriendo un poco, Brendan la miro, y con un poco de duda respondió que si – Perfecto, nos vemos a la hora del almuerzo – dijo Tracy y se regresó a su asiento. Brendan estaba un poco anonadado, era la primera vez que le pedían eso, pero de esa manera se empezaba una amistad, probablemente eso es lo que en un futuro resultaría. La hora del almuerzo llego y Brendan estaba listo para pagar su almuerzo – El que sigue – dijo María, la encargada de cobrar los almuerzos – Disculpe pero… aún no he pagado mi almuerzo – dijo Brendan – Tu almuerzo ya está pagado, el que sigue – dijo María – ¿Cómo que ya está pagado? – Dijo Brendan – Camina – dijo otro chico, quitando a Brendan de la fila, entonces Tracy le hizo señas a Brendan para que se fuera a sentar con ellas – ¿Acaso fuiste tú? – Dijo Brendan en voz baja y comenzó a caminar, cuando había dado unos cuantos pasos, alguien puso el pie para que Brendan se tropezara y este cayó al suelo al igual que su comida – Pensé que sería el primero en salvarse – dijo Jaime – Me temo que nadie lograra salvarse de esa broma – dijo Daniel, el novio de Jaime. Al ver que Brendan cayó al suelo, todos se rieron y de inmediato Tracy fue a ayudarlo a levantarse – ¿Estás bien? – Dijo Tracy – Sí, pero creo que me iré acostumbrando a no almorzar – dijo Brendan – No te preocupes, esto solo pasa una vez, ven vamos a sentarnos – dijo Tracy – Por cierto ¿Tu pagaste mi almuerzo? – Dijo Brendan – Sí, pero veo que fue en vano, vámonos – dijo Tracy. Cuando llegaron a la mesa, Tracy le presento a Jaime y a Daniel, de esta manera se puede decir que Brendan tenía ya tres amigos. Así paso el día, Brendan regreso a casa – ¿Y bien? ¿Cómo te fue? – Dijo doña Victoria – Digamos que bien – dijo Brendan – ¿Ya conociste a alguien? – Dijo doña Victoria – Al menos sé el nombre de tres personas – dijo Brendan – Si ya conoces sus nombres, significa que pueden llegar a ser tus amigos – dijo doña Victoria – Tal vez – dijo Brendan.

Pero a Brendan no le importaba conocer a nadie, pero para doña Victoria, Brendan debía conocer a más personas, enamorarse, porque claramente ella no estaría para siempre con él. Al día siguiente, la historia se repite, Brendan se levanta temprano y Nelson lo iba a dejar al colegio. El tiempo transcurría, los días, por fin lograba almorzar, pero lo que aún no había logrado, era hacer amigos, Tracy le hablaba de vez en cuando, la mayor parte de los recesos la pasaba solo. Cierto día, Brendan estaba sentado en las bancas viendo a los chicos jugar futbol, cuando de pronto un chico pateo el balón directo hacia Brendan – Cuidado – dijo Daniel y Brendan se movió justo a tiempo para que el balón no lo golpeara, Daniel corrió hacia Brendan – Oye, lo siento, Manuel no tiene pulso al momento de meter el balón a la portería – dijo Daniel – Descuida – dijo Brendan – Brendan ¿Cierto? – Dijo Daniel – Si – dijo Brendan – Nos hace falta un jugador ¿Quieres jugar? – Dijo Daniel y Brendan se quedó un momento en silencio y luego hablo – No, no soy bueno jugando – dijo Brendan – Es la peor excusa que he escuchado, ven, vamos – dijo Daniel y tomo de la mano a Brendan y así lo llevo a la cancha – ¿Has estado de delantero? – dijo Daniel – En ninguna posición soy bueno – dijo Brendan – Está bien, te quedas como delantero – dijo Daniel, hace años Brendan no jugaba en un equipo, pero tenía que intentarlo, el juego continuo, el equipo contrario tenía el balón, Brendan estaba esperando, un poco nervioso, entonces miro hacia su lado izquierdo y vio a Tracy sentada en las bancas y a la par de ella estaba David, su novio y ambos se besaron, cuando Brendan vio eso, perdió la noción del tiempo y muy en el fondo escucho una voz – Brendan, cuidado – grito Daniel, cuando Brendan reacciono y miro hacia adelante el balón le dio en la cara y lo hizo caer al suelo, inmediatamente Daniel corrió hacia él – Brendan ¿Estás bien? – Dijo Daniel – Si – dijo Brendan y Daniel lo ayudo a ponerse de pie – ¿Ahora te das cuenta de que realmente soy malo para jugar? – dijo Brendan – A mí me pareció otra cosa, más bien creo que estabas distraído – dijo Daniel – Pero si no te importa preferiría no jugar – dijo Brendan – Está bien – dijo Daniel y, solo así Brendan dejo de jugar y se fue hacia la cancha de basquetbol, se sentó en las gradas, saco su teléfono y comenzó a escuchar música a través de sus audífonos.

Pasado cinco minutos llego Jaime – ¿Puedo sentarme? – Dijo Jaime, pero Brendan no escucho – ¿Brendan? – dijo Jaime, entonces Brendan noto que Jaime estaba a la par y se quitó los audífonos – Disculpa no te había visto ¿Qué decías? – Dijo Brendan – ¿Puedo sentarme? – Dijo Jaime – Sí, claro – dijo Brendan y Jaime se sentó – ¿Por qué no continuaste jugando? – Dijo Jaime – Porque no soy bueno en los deportes – dijo Brendan – No creo que seas malo en los deportes, más bien me pareció que estabas distraído – dijo Jaime – ¿Qué te hace pensar que estaba distraído? – Dijo Brendan – No lo sé, tal vez porque no estabas mirando hacia adelante – dijo Jaime con una pequeña sonrisa en su rostro – Ya te lo dije, soy malo en los deportes – dijo Brendan un poco serio – Y ¿Quieres que crea eso? – Dijo Jaime – No quiero que lo creas, esa es la verdad – dijo Brendan mirando fijamente a Jaime – ¿Por qué te gusta estar así? ¿Por qué no buscas a alguien con quien hablar? – Dijo Jaime – No lo sé, tal vez es porque he olvidado cómo hacer amigos – dijo Brendan y Jaime soltó una pequeña carcajada – ¿Has olvidado cómo hacer amigos? Lo que yo he olvidado es como dejar de hacer amigos. Dime ¿Cuántos amigos tenías el año pasado? – Dijo Jaime – Ninguno – dijo Brendan – ¡Ninguno! Y ¿El año antepasado? – dijo Jaime – Ninguno, hace casi ocho años que no tengo ningún amigo, deje de tener amigos desde los ocho años, aunque pensándolo bien creo que tuve un amigo durante ese tiempo – dijo Brendan – ¿Quién? – Dijo Jaime – Mi psicólogo – dijo Brendan – ¿Tu psicólogo? ¿A qué escuela ibas el año pasado? – Dijo Jaime – A ninguna – dijo Brendan – No te estoy entendiendo – dijo Jaime – Te lo diré de esta manera para que me entiendas, desde los ocho años hasta los quince realice mis estudios en casa – dijo Brendan, Jaime se quedó un momento callada y luego hablo – ¿Por qué decidiste hacer tus estudios en casa? ¿Tus padres te obligaron? – Dijo Jaime – No. Esa fue idea de mi abuela, era una manera de protegerme y porque yo no estaba preparado todavía – dijo Brendan – Entonces ¿Tú no vives con tus padres? – dijo Jaime – No – dijo Brendan – Creo que ya te entiendo, tus padres se fueron y te dejaron con tu abuela – dijo Jaime – Más o menos – dijo Brendan – ¿Cómo que más o menos? – Dijo Jaime un poco confundida – Ellos si se fueron y… me dejaron con mi abuela porque no quedaba de otra – dijo Brendan sonriendo un poco – Ahora si ya no te entiendo – dijo Jaime – Mis… padres están muertos, es por eso que vivo con mi abuela ¿Ahora si me entiendes? – Dijo Brendan algo serio – ¿Muertos? Disculpa yo no lo sabía pero ¿Contra qué te protegía tu abuela? – Dijo Jaime y en ese momento sonó el timbre para entrar a la última clase – Es hora de entrar, vamos – dijo Brendan poniéndose de pie – ¿No me lo vas a decir? – Dijo Jaime mirando a Brendan – No ahora – dijo Brendan con una sonrisa en su rostro y de esta manera ambos entraron al salón de clases.

Mientras estaban en clases, Jaime le paso una nota a Tracy – “Creo que Brendan está enamorado de ti” – dijo Tracy leyendo la nota y miro a Jaime – ¿Por qué dices eso? – dijo Tracy con una voz suave y Jaime le escribió otra nota y se la paso a Tracy – “Porque mientras estaban jugando futbol, él se distrajo cuando tu besaste a David” – dijo Tracy leyendo la nota y luego le respondió a Jaime pasándole la nota – “Eso lo pudo haber hecho cualquiera, no significa que está enamorado de mi” – dijo Jaime leyendo la nota y luego le respondió a Tracy pasándole la nota – “¿Por qué no lo averiguas?” – dijo Tracy leyendo la nota y luego la respondió pasándole la nota a Jaime – “¿Cómo?” – dijo Jaime leyendo la nota y luego la respondió y le paso la nota a Tracy – “Eso déjamelo a mí” – dijo Tracy leyendo la nota. Así se pasó la hora y el timbre sonó, todos agarraron sus bolsones y salieron del salón, afuera ya estaban esperando a Brendan y de esta manera a su casa se fue. Cuando Brendan llego a su casa, su abuela le pregunto cómo estuvo su día y este le respondió diciéndole que bien, pero que tenía mucha tarea y así subió a su habitación para comenzar a hacerla. Mientras estaba haciendo su tarea, se puso a pensar en lo que Jaime le había dicho – ¿Realmente estaba distraído? – Se dijo Brendan a sí mismo y la imagen del beso entre Tracy y David se le vino a la mente – ¿Qué estás pensando? Mejor termina la tarea – se dijo Brendan a sí mismo y sin darle más importancia continuo haciendo la tarea, así se pasó el día y otro día más llego.

A la mañana siguiente, Brendan se levantó temprano, se bañó y se cambió y mientras se estaba mirando frente al espejo, noto que su cabello estaba un poco largo, así que tomo la tijera y se lo recorto un poco. Mientras tanto, en la sala doña Victoria estaba esperando a que Brendan bajara a desayunar, minutos después Brendan bajo y cuando doña Victoria lo vio se sorprendió muchísimo – Brendan ¿Qué te hiciste? – Dijo doña Victoria – Nada, solamente me recorte un poco el cabello – dijo Brendan muy tranquilo – ¿Pero si no estaba tan largo? – Dijo doña Victoria con cara de asombro – Claro que sí, estaba largo o es que ¿No te gusta? – dijo Brendan – Claro que sí, lo que pasa es que nunca te lo habías recortado tan corto, pero me gusta mucho, ahora vamos a desayunar – dijo doña Victoria, después de esa platica ambos fueron a desayunar y después de eso, Brendan junto con Nelson al colegio se fueron – Regreso por ti a las tres – dijo Nelson – De acuerdo – dijo Brendan y otro día más de clase comenzó.

Como a eso de las diez, era el segundo receso, Brendan estaba sentado en las gradas de la cancha escuchando música en su teléfono y unos minutos después llegaron Tracy y Jaime – Hola Brendan ¿Qué escuchas? – Dijo Jaime quitándole los audífonos a Brendan – Hola, nada interesante – dijo Brendan – Dime ¿Te gusta ir al cine? – Dijo Jaime – Sí, claro – dijo Brendan – Perfecto ¿Te gustaría ver una película con nosotras? – Dijo Jaime – Si… está bien – dijo Brendan medio sorprendido – Genial ¿Te parece el sábado a las cinco de la tarde? – Dijo Jaime – Si, está bien – dijo Brendan – Perfecto, compraremos las entradas – dijo Tracy, así se quedaron hablando un rato, y comenzaron a compartir un poco más con Brendan.

De esta manera pasaban las horas y la última hora de clase dio inicio – Antes de dar inicio a la clase, tengo que informarles que la otra semana es catorce de Febrero y como saben cada año siempre celebramos lo que es el amigo secreto y, por supuesto sus compañeras Marcela y Valeria ya tienen listos los papelitos con sus respectivos nombres para que cada uno tome un papel, así que Marcela, Valeria pasen adelante – dijo la maestra Rosan y Marcela y Valeria pasaron al frente – Antes que nada, quiero que lo hagamos en orden, comenzaremos con la fila del lado derecho, se levantaran uno por uno y recuerden que no pueden mencionar el nombre de su amigo secreto, porque entonces ya no sería secreto, así que empezaremos contigo José, pasa – dijo Marcela y así iban pasando uno por uno tomando un papelito, llegando el turno de Tracy luego el de Jaime y poco a poco se llegó el turno de Brendan y cuando este abrió el papelito, no tenía ni la menor idea de quién era Roselyn. Después de esa rifa, la clase continuo normalmente y así se pasó la hora y nuevamente había que regresar a casa, Nelson ya estaba afuera esperando a Brendan.

Cuando llego a su casa, su abuela estaba sentada en el sofá, Brendan se acercó a ella, le dio un beso en la mejilla y le contó lo que había pasado – Y ¿Cómo te fue? – Dijo doña Victoria – Bien, porque voy a jugar al amigo secreto – dijo Brendan con una sonrisa en su rostro – ¡En serio! No sabes lo feliz que me siento ¿Quién es tu amigo secreto? – dijo doña Victoria muy contenta – De hecho es amiga secreta y se llama Roselyn, pero no tengo idea quien es, así que tengo que averiguar quién es, para saber que regalarle – dijo Brendan con una mirada un poco decepcionante – No te preocupes, aun tienes tiempo – dijo doña Victoria – Y por cierto, también me invitaron al cine – dijo Brendan – ¿Al cine? – dijo doña Victoria algo sorprendida – Si y les dije que sí, pero si quieres les puedo decir que no – dijo Brendan – No, por supuesto que no, me alegra que tengas amigos y más si comienzas a salir con ellos, lo que quiero es que te relaciones, que conozcas a más personas, verte reír otra vez y saber que estas bien, me hace sentir bien a mí también. Ahora ve a hacer las tareas para que cenes tranquilo – dijo doña Victoria. Y así nuevamente se terminó el día y, al día siguiente, la maestra Rosan comienza con lo matutino del día, pasando lista y ese era un buen momento para que Brendan supiera quién era Roselyn y la sorpresa que se llevó, fue cuando la mencionaron – Roselyn Meyer – dijo la maestra Rosan – Presente – dijo Roselyn y era la chica que se encontraba al lado izquierdo de Brendan, inmediatamente Brendan la miro y se quedó totalmente sorprendido cuando supo que su amiga secreta siempre estuvo a la par.

Esa hora paso y se llegó el receso, Tracy y Jaime se acercaron a Brendan – ¿Ya sabes quién es tu amigo secreto? – Dijo Jaime – Si – dijo Brendan – Y ¿Sabes lo que le vas a regalar? – dijo Tracy – No, pero sé que ustedes me pueden ayudar – dijo Brendan sonriendo un poco – Sí, pero si nos dices, ya no será amigo secreto – dijo Tracy – No importa, pero al menos sabré que regalarle – dijo Brendan – Bien, vamos a la cancha de básquetbol para platicar más tranquilos – dijo Jaime y los tres se fueron a la cancha, pero cuando llegaron a la entrada, Brendan vio que Roselyn estaba adentro, entonces decidió irse a otro lugar – Mejor vamos a otro lado – dijo Brendan – ¿Por qué? ¿Qué sucede? – Dijo Tracy – Porque prefiero platicar en otro lado – dijo Brendan – ¡No me digas que Roselyn es tu amiga secreta! – Dijo Jaime con una expresión de asombro en su rostro – Pues si – dijo Brendan sonriendo un poco – Pobre de ti – dijo Tracy – ¿Por qué? – Dijo Brendan – Porque te toca nada más y nada menos que la chica fresa de la sección – dijo Tracy – ¿Por qué dices eso? – Dijo Brendan – Porque lo único que le gusta que le regalen son flores, chocolates, peluches o joyas y todo de la mejor marca – dijo Tracy – Y ustedes ¿Cómo están seguras de eso? – Dijo Brendan – Porque cada año es lo mismo – dijo Jaime – Y siempre dice lo mismo “Gracias, me encanta” – dijo Tracy imitando a Roselyn – Nunca he comprado flores, chocolates, peluches o joyas a ninguna chica – dijo Brendan – Pues vete preparando porque te tocara gastar mucho – dijo Jaime.

Brendan tenía una semana para observar a Roselyn y poder comprarle un buen regalo. Los días pasaban y Roselyn siempre hacia lo mismo, pasar todo el día con sus amigas, Brendan la observaba de pies a cabeza, en sus muñecas veía brazaletes muy finos, sus aretes se veían de buena marca, su cabello era liso y con un hermoso color castaño, su bolso muy adecuado a su edad, su lápiz de labio combinaba muy bien con la sombra de sus ojos, Brendan aún no sabía que regalarle – ¿Ya sabes que le vas a dar? – Dijo Tracy – No, aun no – dijo Brendan y mientras Brendan pensaba en que regalarle a Roselyn, se llegó el día sábado y Jaime y Daniel iban a pasar por Brendan, mientras que Tracy y David los iban a esperar en la entrada del cine. Afuera de la casa de Brendan se estaciono un auto – Creo que vienen por ti – dijo Amanda, la sirvienta, Brendan ya se encontraba listo – Ya me voy – dijo Brendan – Diviértete ¿De acuerdo? – dijo doña Victoria y un beso en la mejilla basto para que Brendan pudiera irse, salió de su casa, subió al auto y se fue. Por primera vez, Brendan salía con un grupo de compañeros, doña Victoria esperaba que todo saliera bien.

Cuando llegaron al cine, Tracy y David ya habían comprado las entradas, solo faltaba comprar la comida – David, Brendan y yo iremos por las palomitas y las bebidas, ustedes entren y aparten los asientos – dijo Daniel y así es como hicieron. Los chicos fueron por la comida y las chicas entraron a reservar los asientos, minutos después los chicos entraron al cine y tomaron asiento, a Brendan le toco sentarse a la par de Tracy – Y ¿Cuál es la película que escogieron? – Dijo Daniel – Es una película hermosa, ya la veras – dijo Jaime y como a las cinco y quince, la película dio inicio y resulto ser “Amanecer II” una película romántica del agrado de las chicas, pero no para los chicos. Durante toda la película, Brendan se sentía un poco excluido, miraba a su alrededor y la mayoría se encontraba en pareja, algunos ni siquiera miraban la película por estar besándose – ¿Qué estoy haciendo aquí? – se dijo Brendan a sí mismo en voz baja, al parecer ir al cine con un grupo de compañeros no resulto lo que él esperaba y ni siquiera probo las palomitas. Como a eso de las siete y treinta la película termino – Brendan ¿Qué sucedió? No te comiste tus palomitas – dijo Jaime – ¿Te sientes bien? – Dijo Tracy – Si, es solo que, no tengo hambre – dijo Brendan – Pues si tú no tienes hambre yo sí, ¿Qué les parece si vamos a comer? – dijo David y todos aceptaron excepto Brendan – Creo que yo no podre aceptar esa invitación – dijo Brendan – ¿Por qué? – dijo Tracy – Ya es muy tarde, tengo que regresar a mi casa – dijo Brendan – Entonces, que te vaya bien – dijo David – Oye, no digas eso – le dijo Tracy a David – Quédate un rato más, aún no es muy tarde, además no te puedes ir tu solo – dijo Jaime – No se preocupen por mí, no quiero arruinarles su noche – dijo Brendan – Entonces, te iré a dejar a tu casa – dijo Daniel – Cuídate y nos vemos el lunes – dijo Tracy y así Daniel fue a dejar a Brendan a su casa y luego se regresó con los demás.

Brendan llego a su casa y su abuela le pregunto cómo la había pasado – Bien – dijo Brendan sin ánimos – Pero si me lo dices de esa manera me cuesta creerlo – dijo doña Victoria – Lo siento es que estoy cansado – dijo Brendan un poco alterado – Brendan solo te he preguntado cómo te fue, no te enfades – dijo doña Victoria – No estoy enfadado es solo que, no lo sé, no sé si quiero volver a repetir esto, solo quiero ir a mi habitación, no quiero salir de ahí, es más, no quiero volver a salir de esta casa nunca más – dijo Brendan muy serio – ¿Qué dices? – Dijo doña Victoria un poco preocupada – No quiero salir, nunca debí salir de aquí, no quiero ir al colegio, no quiero ir a ninguna parte con nadie, no me obligues a salir porque no lo hare – grito Brendan y corrió a su habitación – Brendan. Sabía que esto iba a pasar – dijo doña Victoria y con ayuda de Nelson subió a la habitación de Brendan – Brendan, abre la puerta por favor – dijo doña Victoria, Brendan tenía la puerta con llave y estaba sentado en su cama con una mirada algo perdida – Brendan solo dime que sucedió – dijo doña Victoria pero Brendan no abría la puerta – Creo que lo mejor sería darle un momento y esperar a que él quiera hablar – dijo Nelson – Creo que si – dijo doña Victoria y regresaron a la sala.

1. CAPITULO I